COLOR Y VIRTUOSISMO

PLATEAMAGAZINE: – “L´ELISIR D´AMORE” EN EL TEATRO DE LA MAESTRANZA DE SEVILLA

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COLOR Y VIRTUOSISMO – Sevilla (18/05/2016) Teatro de la Maestranza. Donizetti: L’elisir d’amore. María José Moreno (Adina), Joshua Guerrero (Nemorino), Massimo Cavaletti (Belcore), Kiril Manolov (Dulcamara), Leonor Bonilla (Gianetta). Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Dirección de Escena: Victor García Sierra. Dirección Musical: Yves Abel.

En pocos días he tenido la suerte de ver dos de las dos óperas bufas belcantistas de mayor calidad y renombre. Si el sábado disfrutaba con un muy buen Barbiere de Rossini que clausuraba la temporada de ABAO, este miércoles he podido ver uno de los más completos Elisires que recuerdo, éste dentro de la temporada del Teatro de la Maestranza de Sevilla.

Elisir D'Amore "visto da BOTERO" Teatro della Maestranza SivigliaA priori, la que es a mi entender la mejor ópera cómica de Donizetti era el eslabón más débil de una temporada corta pero muy interesante. El reparto era prometedor pero no consolidado en nuestro país -si exceptuamos a la gran María José Moreno- y la producción venía firmada por Nausica Ópera Internacional de Parma, institución de la que tampoco tenía ninguna referencia. Siempre estaba, eso sí, la garantía de los cuerpos estables del Teatro y de un director solvente y reconocido como es Yves Abel. Pues bien, los resultados sólo se pueden calificar de excelentes en todos los aspectos.

Como comentaba también en mi crónica del Barbero bilbaíno, creo que no es necesario repasar, por conocida, la trama de L’Elisir. Es sencilla, con los equívocos justos y necesarios para levantar la sonrisa del público, y con una ternura limpia que la distingue de otras obras del género que, pese a la comicidad, siempre destilan un poco de amargura. Por eso su puesta en escena es relativamente fácil pues se adapta perfectamente a muchos ambientes sin perder su esencia.

img_9614La producción, cuya dirección escénica firma aquí Víctor García Sierra, nos transporta al mundo del circo, pero a un circo muy particular, a la serie que sobre el tema pintara el gran artista colombiano Fernando Botero, el cual inspira y “tutela” toda la imaginería de la escenografía y el vestuario. La “humanidad” de los personajes de Botero, su toque naif, se adapta perfectamente a la bonhomía del libreto de Felice Romani. En este mundo circense, Belcore es primero domador de fieras y luego militar y Dulcamara, como no podía ser de otra manera, es el jefe de pista, el que maneja y dirige los hilos de la trama. Quizá la única perjudicada en esta caracterización (Nemorino es un ciudadano más del pueblo que vista el circo) sea Adina, que aparece demasiado infantil (imposible no acordarse de algún personaje del primer Disney al verla en escena), poco acorde con su carácter en la obra donde se muestra, aunque indudablemente coqueta, la más madura y sensata del triángulo amoroso que forma con Nemorino y Belcore.

Todo el resto del engranaje escénico funciona a la perfección con un público de pueblo perfectamente caracterizado y unos figurantes­acróbatas que dan vistosidad y alegría a una puesta donde todo está medido y controlado con gran perspicacia dramática.

10325234_700527353338998_3371527303477240167_nTeníamos la referencia (y la garantía) del premio obtenido por Joshua Guerrero en el concurso Operalia pero ha sorprendido la calidad y la belleza vocal de su Nemorino. Desde su “Quanto è bella, quanto è cara” se pudo comprobar que estamos ante uno de los mejores tenores de su cuerda, con una voz de un color perfecto, que se aleja del tenor más ligero, pero que ataca toda la tesitura de su rol sin ninguna dificultad, matizando cuando es necesario, siempre con un estilo belcantista elegante y perfectamente dibujado. Con un fiato y una proyección espectaculares terminó de bordar su intervención (donde habría que destacar también tanto a él como a sus compañeros, en el bellísimo terceto que antecede al final del primer acto) con “una furtiva lagrima” absolutamente canónica, de las que se recuerdan por mucho tiempo por su emoción, su elegante belleza, su cantar sin aparente esfuerzo, donde, sin duda, dio lo mejor de sí mismo.

img_9778No se quedó a la zaga la Adina de una de las mejores sopranos españolas de la actualidad, que yo, desgraciadamente, hacía años que no tenía el gusto de oír. María José Moreno dibujó vocalmente una Adina impecable, más redonda si cabe en el segundo acto, donde tiene esos verdaderos momentos de lucimiento que le brinda ese bellísimo “Prendi, per me sei libero” con unas coloraturas perfectamente ejecutadas, con una zona aguda en plena forma y que demuestran su dominio de los papeles del belcanto donizettiano. Una gran actuación.

No se ha prodigado mucho en nuestro país el excelente barítono Massimo Cavaletti que ya tiene una carrera consolidada en grandes teatros de Europa y América. Nos contaba hace poco en estas mismas páginas sus proyectos futuros y la ilusión con la que asumía el Belcore de estas funciones sevillanas. Y los resultados han sido muy positivos. Como todos los protagonistas de la obra, se adapta perfectamente a la dirección escénica y le da a su papel ese aire chulesco que se reclama. Vocalmente también estuvo impecable, con buena proyección, perfecta dicción y mucho encanto en el trío que antes mencionábamos con Adina y Nemorino. Muy correcto el Dulcamara de Kiril Manolov aunque quizá el papel pida una voz con más peso que la suya. Aún así resolvió sin ninguna dificultad su parte vocal marcando siempre el carácter más jovial y dinámico de la partitura. Con un bonito timbre y siempre con gracia cantó Leonor Bonilla su corto papel como Gianetta.

img_9679Decíamos al principio que el Maestranza dispone de dos valores seguros que pocas veces fallan en una representación operística. Simpático y compenetrado actoralmente y brillante en sus intervenciones vocales estuvo el excelente Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza que, dirigido por Íñigo Sampil, volvió a demostrar que es uno de los mejores coros de ópera de España. Como igualmente es una de las mejores orquestas en el foso del país la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, un conjunto que saca adelante con igual brillantez tanto una ópera bufa como el Elisir como una partitura tan complicada como Doctor Atomic. Es un conjunto bien empastado, donde todas las secciones están equilibradas y que siempre producen un sonido que se acomoda perfectamente a las diversas exigencias de obra en escena.

10308743_10152403809180768_3795480189820928961_nAunque el mérito no sólo es de ellos. En esta representación tenían la batuta experimentada y eficaz de Yves Abel que entendió perfectamente el espíritu alegre y a la vez melancólico de las notas de Donizetti. Fue un placer, por ejemplo, verle dirigir el bello coro que, encabezado por Gianetta, entonan las chicas del pueblo cuando saben que Nemorino se ha convertido en un rico heredero. Siempre atento a las cantantes, preciso en las entradas, elegante en el gesto y en la forma, huyó de la brocha gorda y el ritmo endiablado, dejando respirar a la música, a la orquesta y a los cantantes. Finalmente, L’Elisir es una obra que algunos pueden pensar que es menor pero que con estos músicos, con estos artistas, nos ha demostrado que es una gran ópera que va más allá de una aria archifamosa. COLOR Y VIRTUOSISMO

Javier del Olivo – Publicado: 19 Mayo 2016 – http://www.plateamagazine.com/articulos/854-l-elisir-d-amore-en-el-teatro-de-la-maestranza-de-sevilla

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